viernes, 10 de agosto de 2012

«Las mujeres sufrieron la cárcel física y la ideológica durante el franquismo»

El historiador Javier Rodríguez denuncia que la trama de los niños robados arrancó en las cárceles de Franco.
Ana Gaitero | León

Las mujeres fueron el blanco de una «represión específica por parte de la dictadura franquista: sufrieron la cárcel física, fueron paseadas, como Teresa Monge en León, hubo muchas maestras depuradas… y además hubo una represión de género», afirma el historiador Javier Rodríguez, quien hoy imparte una conferencia como actividad complementaria de la exposición Presas de Franco organizada por la Fundación de Investigaciones Marxistas y el PCE de León en el Museo de León.

«El niño mirará al mundo, la niña mirará al hogar». Esta frase, que se publicó en la revista Consigna en la posguerra, tuvo un hondo calado en la política franquista: «El régimen dictactorial empezó a dejar a las mujeres en segundo plano y al servicio del marido y se impuso una moralización de las costumbres en unión con la iglesia católica», como prueban las directrices dictadas por los obispados de León y Astorga a partir de 1937, que prohibían a las mujeres fumar, andar sin medias a partir de los doce años, los escotes y los brazos al aire.
Mujeres caídas

«El modelo de la roja emancipada se oponía a la mujer cristiana cuya única misión en las tareas de la patria empezaba y terminaba en el hogar», apunta la exposición por la que hoy realizará un recorrido explicativo Eloina Terrón directora de documentales sobre memoria histórica como «Mujeres en la II República, constructoras de derechos y utopías».

Una veintena de cárceles recluyeron específicamente a las mujeres y en 1938 se transformó un antiguo balneario en la prisión central de mujeres de Saturrarán (Guipúzcoa), por la que pasaron miles de ‘rojas’ represaliadas. Muchas de las cárceles fueron gestionadas por órdenes religiosas femeninas. Se crearon también cárceles de «mujeres caídas» para recluir a prostitutas.

Además se creó la prisión maternal de San Isidro, en la que María Topete impuso una «rígida separación entre presas e hijos mayores de un año para evitar que los hijos de las rojas se contagiaran de la ideología de sus madres», apunta la exposición compuesta de fotografías, documentos y testimonios directos de ex presas.

«Los niños acababan en centros del Auxilio Social y muchos fueron adoptados irregularmente», apunta el historiador leonés quien señala al psiquiatra Vallejo Nájera como el impulsor de esta política segregacionista para extirpar el gen marxista.

El Museo de León que ha convertido sus espacios dedicados a exposiciones temporales en una ventana abierta a la experiencia penitenciaria de las mujeres durante las primeras décadas de la dictadura y a la recuperación de la memoria del maestro freinetiano Antonio Benaiges, un proyecto de Sergi Bernal a partir de la excavación de la fosa burgalesa donde fue paseado.

Lugar: Museo de León. Plaza de Sto. Domingo.
Hora: 20.00
Entrada: Libre y gratuita.

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