viernes, 6 de enero de 2012

1936. Lozoya la pequeña Stalingrado de la sierra Norte de Madrid

El rio Lozoya es menudo y frio, animado por la montaña,  trastornado de escarcha y se parece al Volga en su itinerario escarpado de piedra y el arroyo de la Angostura hace de Tsaritsa. Y  es que en 1936 el Puerto de Navafría puso la nieve,  para que el pueblo de Lozoya fuera un reducido Stalingrado.

El 21 de Julio, tres días después del levantamiento fascista-Monárquico contra el gobierno democrático de la II Republica, se produce en la localidad de Lozoya, una batalla que mide las fuerzas populares del Comandante Juan Perea y las del tradicionalista Coronel Gistau y posteriormente del coronel García Escamez. En las escaramuzas en medios de los pinares y el verano, tropas del ejército legal de Madrid  ajustan cuentas con la nobleza y eliminan al conde  Santiago de Muguiro y Pierrad  casado con la Condesa de Liniers y adlátere de Alfonso XIII, muerto junto a un capitán amotinado contra el ejecutivo de José Giral y que hace de chofer. A principios de Agosto, en la fuente Hernando del término municipal de Lozoya, tres requetés Carlistas de los de José Luis Zamanillo, un guardia de Asalto fuera de la ley y el chofer del vehículo caen abatidos por las rafagas de la milicia proletaria.

Los escuadrones armados de la Junta de Defensa Nacional de Burgos, golpean la población con fuego de artillería Schneider de 7.5 cm y la metralla siega la vida del paisano Rufino González Hernanz.  El asedio de la extrema derecha a la villa, crea intentos de venganza por parte de varios vecinos hacia componentes de la derecha local y el 28 de Julio tras el cerco de las balas, el derechista Moisés Tomas Iturriaga, se le trata de linchar, situación que vive también el médico Bonifacio Menéndez, sucesos que quedan en aspiraciones de unos pocos y en unas cuantas amenazas e insultos  porque la autoridad Frente populista los paraliza.

El 28 de Julio una partida de Falangistas tantea conquistar Lozoya y los Lozoyanos  Anastasio Serna Callejo, Eulogio Hernanz, José Callejo Ramírez y Gumersindo Cachafeiro Rozados destacan en la defensa del pueblo y se unen a las milicias del Frente Popular en los combates. Lozoya es evacuado y las familias se dispersan por localidades limítrofes,  Madrid capital y la zona de Valencia.  A mediados de Agosto la Iglesia sufre la ira anticlerical de una parte de los habitantes del lugar y alguna imagen religiosa  finaliza de leña de las cocinas de la intendencia republicana. 

En Septiembre dos Burgaleses de Gumiel de Izan, desertan del bando absolutista del General Franco y se pasan a los partidarios de la administracion de Largo Caballero.

La tragedia de Lozoya no termina con el bloqueo franquista y en 1938 una quema de rastrojos veraniega de una finca se descontrola y prende fuego a la mayor parte de la urbe rural, la cercanía del frente de guerra impide que se pueda apagar las llamas, sin exponer a las baterías y fusiles de las huestes de Franco a quien pretendiera sofocar el incendio. Las sociedades obreras incautan haciendas y ganado, pero no constituyen una colectividad y  se usaran de provisiones del EPR durante la contienda.

A primeras horas de la mañana del 28 de Marzo de 1939, el ejército Popular de la Republica abandona las trincheras del Guadarrama y se desplaza 6 Kilómetros atrás de las líneas de guerra, traicionado y rendido por la Junta del Coronel Casado. Lozoya es ocupado por una columna Franco-Fascista  y se detiene a Amalio García Serna, Gerardo Romero, José Jiménez, Antonio Costa, Antonio García Baeza, Enrique García, Francisco Hernanz, José Sanz, algunos de ellos por ser miembros del comité local del Frente Popular. El yugo y las Flechas empezaron su mandato y su dictadura.

Fuente: Kaos en la red http://www.kaosenlared.net/index.php

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