Con la agresión neonazi de Manresa, que dejó a nuestro compañero Albert un tiempo en coma y la muerte del jóven chileno Daniel Zamundio tras el ataque fascista que sufrió por ser homosexual, han vuelto a saltar las alarmas sobre la violencia y brutalidad de estos grupos de extrema derecha, la misma frase que encabeza esta entrada lo resume, el fascismo avanza si no se le destruye, y así está ocurriendo en los últimos meses.
No tenemos que echar mucho la vista atrás para enumerar agresiones fascistas, es más, con que pensemos en los últimos dos meses, contamos nada más y nada menos que cinco ataques conocidos, de los cuales, dos han acabado con la triste noticia de la muerte de los agredidos. Estos acontecimientos, que hemos denunciado desde Madriz Rebelde, han sido, la muerte de Nikita, ún jóven ruso de 16 años que fue asesinado por 61 puñaladas por ser anarquista; la agresión neonazi que sufrieron los compañeros de Tomalafacultad cuando les atacaron un grupo de ultraderechistas armados y con bengalas, acontecimientos semejantes a los del fin de semana pasado en Manresa, cuando 15 neonazis agredieron a tres chicos dejando a uno de ellos en coma, los acontecimientos del 18 de febrero en Toledo en el que unos nazis hirieron y atacaron con arma blanca y, por último, el caso de Daniel Zamundio en Chile que ser homosexual fue suficiente para que un grupo de fascistas acabasen con su vida.
Vivimos en un periodo de gran crisis mundial y, en algunos aspectos, supone también una crisis de valores. Estos grupúsculos neonazis, tal y como han hecho históricamente, aprovechan esta situación de incertidumbre para extender su discurso xenófobo, homófobo e intolerante a los sectores sociales más débiles, jóvenes y parados. Mienten y engañan con lemas racistas que prometen trabajo a los desempleados, extendiendo así el odio a otras razas que ellos consideran inferiores con ideas tan simples como que nos quitan el trabajo, haciendo a los extranjeros culpables de todo. Este discurso también lo utilizan con los jóvenes, los menos formados, a los que hacen creer que todas las personas extranjeras, con otra orientación sexual u otra ideología, en definitiva, todos los que no son exactamente igual que ellos, son los causantes de todo desorden.
Además, hay que recordar la impunidad de la que gozan estos colectivos por parte de los gobiernos, ya que muchos de sus miermbros pertenecen, como el caso de Josué Estébanez militar que asesinó de una puñalada a Carlos Palomino, pertenecen a cuerpos de seguridad del estado o al ejército; lo cual les hace más peligrosos ya que tienen acceso a armas y saben como utilizarlas.
Pero, sus mentiras, su violencia y sus idelogías construídas sobre vigas de papel no se pueden sustentar, por eso no podemos permitir que los nazis sigan matando ni agrediendo. Tenemos que denunciar todas estas agresiones, luchar contra su intolerancia, acudir a todas las convocatorias para criticar y denunciar su violencia, hacer nuestras las calles y construir un futuro tolerante. Sólo con esta solidaridad podremos acabar con el fascismo que aflore.
Antirracistas y antifascistas somos todos, que no quede ninguna agresión sin respuesta.
Let's fight fascism.
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