Los hinchas del Sevilla tomaron esta medida para mostrar su desaprobación con el cambio de horario de su encuentro, que se vió atrasado media hora para que las televisiones pudiesen emitir el post-partido y las ruedas de prensa de los entrenadores del F.C. Barcelona y Real Madrid, clubes que se habían enfrentado desde las 20:00 horas.
Cuando el colegiado hizo el pitido inicial, los aficionados que se encontraban en el fondo norte de Nervión empezaron a lanzar numerosas pelotas de tenis al césped, a la vez que mostraron una pancarta en la que se leía "Mou sigue hablando", dejando así clara su opinión: están hasta las pelotas del fútbol negocio.
El partido estuvo detenido varios minutos hasta que los recogepelotas pudieron retirar todo lo que habían lanzado desde el fondo de los Biris.
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