El gobierno de la Comunidad de Madrid que lidera Esperanza Aguirre está preparando un macroprograma para antres de verano que supondría la privatizaciones del Canal de Isabel II y el metro de la capital.
Madrid, una de las ciudades españolas más endeudadas, espera vender una participación del Canal a una empresa privada. El Canal de Isabel II es una institución que funciona perfectamente y no solo genera puestos de trabajo, si no que además lejos que suponer pérdidas económicas, inyecta importantes sumas de dinero a las arcas de la Comunidad, tanto es así que el Canal de Isabel II es conocido como "La Joya de la Corona" de los servicio públicos madrileños. La venta del sistema de aguas, valorado en entre 3.000 y 3.500 millones de euros, se encuentra en una fase más avanzada, según fuentes cercanas a la operación.
Una privatización de este servicio supondría un paso atrás en algo tan básico como es el agua, que además podría venir acompañado en subidas de precio, modificaciones en la plantilla para adecuarla a la nueva empresa y otras medidas que el nuevo propietario considerase oportunas para obtener más beneficios.
Mientras, las administraciones local y regional siguen discutiendo sobre el destino del metro y aún no habrían tomado una decisión formal. El metro de Madrid facturó 1.100 millones de euros en 2009 y su valoración en la actualidad rondaría los 2.000 millones, después del incremento del precio de los billetes acometido el año pasado. Su venta, como pasa con el agua, apenas saldría rentable puesto que los beneficios de su privatización se verían cubiertos en menos de dos años y ya no podríamos seguir obteniendo dinero público.
Esta oleada de privatizaciones nos recuerda a la sufrida en 1996, durante el gobierno de Aznar, con la venta de la electricidad al capital privado, que supuso un encarecimiento de la luz, así como un sobregasto de dinero público que se le concede a esta empresa a modo de ayudas y subvenciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario