A mediados de diciembre se convocaron las primeras manifestaciones en Túnez contra el gobierno presidido por Zine al Abidine Ben Alí. Comenzó así una espiral de protestas contra el régimen tunecino que poco después se extendería a otros países árabes como Siria, Argelia, Marruecos, Jordania o Egipto. La ciudadanía tunecina expresó mediante las movilizaciones su malestar ante el aumento del paro (que sobrepasa el 15 % de la población activa con especial incidencia en la juventud) y el desplome de la economía agravada por la alta inflación, producto del descenso de la inversión extranjera en el país a raíz de la crisis internacional.
Manifestante quema foto de Mubarak |
Los jóvenes, principales víctimas de la situación, se erigieron en los principales protagonistas de las protestas populares. Así fue como muchos de ellos, hastiados por la corrupción y el nepotismo de la clase dirigente y frustrados ante las escasas expectativas de prosperidad se lanzaron a la calle demandando mejoras económicas y sociales.
EL FÚTBOL EGIPCIO COMO REFLEJO DE LA REVUELTA CONTRA MUBARAK
Rápidamente, gracias en parte a los canales de difusión que ofrecen las redes sociales, las protestas de Túnez se extendieron a otros países del entorno. En Egipto, por ejemplo, las mismas se han vinculado a la rivalidad que mantienen los dos clubes más importantes de la capital: el Al Ahly Sporting Club y el Zamalek Sporting Club. Según el filósofo israelí Avishai Margalit, miembro del Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, las movilizaciones contra el régimen de Mubarak se gestaron alrededor de la pugna futbolística que mantienen ambos clubes de El Cairo.
EL EQUIPO DEL GOBIERNO CONTRA EL EQUIPO DEL PUEBLO
Así, mientras el Al Ahly se erigió en el club más admirado en los barrios populares de la capital egipcia, su rival el Zamalek representa sociológicamente al régimen del rais Hosni Mubarak y a las clases acomodadas residentes en la zona más elitista de El Cairo, la isla de Zamalek próxima a Guiza. Creado en 1911 bajo el nombre de Al Qasr al-Nil, la trayectoria deportiva del Zamalek le llevó a conquistar 11 títulos de liga ante los 35 de su máximo rival. Por su parte, el Al Ahly también ostenta unas connotaciones extra deportivas más que evidentes, no en vano su propio nombre significa en árabe ‘El Nacional’. Ya en el momento de su fundación, acaecida en 1908, se le identificó con los partidarios de la descolonización puesto que la mayoría de sus primeros socios fueron estudiantes, que aquella época conformaban el principal foco de resistencia contra la ocupación británica. El club se convirtió así en el máximo representante del nacionalismo egipcio. Este hecho le conllevó atraer un inmenso apoyo popular y fue uno de los motivos que provocó que el Al Ahly aglutinará a cerca de 50 millones de aficionados repartidos por todo el continente africano, aunque en 1925 sus directivos decidieran admitir únicamente a aquellos socios que fueran egipcios, de ahí que sea conocido popularmente desde entonces como ‘el equipo del pueblo’. La rivalidad existente entre ambos clubes es tal que el llamado ‘Derbi de El Cairo’ es arbitrado por colegiados extranjeros y disputado en un terreno neutral.
coreografia de los ultras Alhawy en su estadio durante un partido de liga
A pesar de esta enemistad tradicional en estos últimos años la hostilidad entre los grupos de seguidores radicales de ambos equipos se ha atenuado desde los violentos altercados que protagonizaron durante el derbi disputado en 1996. La trayectoria deportiva del Zamalek también ha provocado que los seguidores radicales del Al Ahly, agrupados en los grupos Ultras Ahlawy y Ahly Lovers Union, hayan dirigido su animadversión contra los aficionados del Ismaily Sporting Club, el equipo que en los últimos años ha disputado el título de liga al Al Ahly.
EL FÚTBOL COMO AGENTE MOBILIZADOR
La masa social del Al Ahly proporcionó las bases para la movilización contra el presidente Mubarak. Según Margalit, los aficionados del club fueron los primeros en articular el soporte sobre el que se articularon las primeras protestas contra el régimen. Aunque difusas, estas se gestaron en las gradas del Cairo International Stadium. De hecho, los ultras del Al Ahly han desempeñado un papel destacado y muy activo en las movilizaciones anti- Mubarak junto a trabajadores, estudiantes e islamistas. A pesar de que el grupo radical en su página facebook se declaró políticamente neutral sí que dio libertad de acción a todos sus miembros. Así, algunos de ellos se han organizado para controlar los accesos a diversos barrios de la capital mientras otros se han sumado a la cadena humana que se formó alrededor del Museo Egipcio para evitar que este fuera saqueado.
La suspensión indefinida de la liga egipcia y del partido que tenía que disputar la selección nacional contra los Estados Unidos hasta que ‘las protestas sean sofocadas’ por parte de la Asociación Egipcia de Fútbol (EFA) también ha fomentado la movilización de la mayoría de los jóvenes ultras del Al Ahly que han trasladado su activismo de las gradas a la plaza Tahir para intentar derrocar al presidente Mubarak. En un país controlado por el ‘mujabarat’ (aparato de inteligencia de los cuerpos de seguridad del estado), el fútbol ha sido uno de los pocos espacios públicos que han evitado el férreo control gubernamental.
Artículo extraido de Carles Vinyas
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