El pasado domingo 21 de agosto pusieron punto y final las JMJ, hoy, 3 días después, seguimos viendo a peregruinos por la capital que se resisten a irse y retrasan su partida. Aunque es evidente que quieran quedarse debido a todas las facilidades que se les ha dado de forma gratuita.
Estas Jornadas Mundiales de la Juventud - cristiana - han sido poco mas o menos un atropeyo a todos los madrileños, de hecho, como se ha narrado en algunos telediarios, ha habido una oleada de madrileños que salieron la semana pasada para evitar la fiesta de la cristiandad. Los madrileños que eligieron esta opción, se les puede calificar de sabios, ya que los 4 días de "acogida" han sido un suplicio. Decenas de grupos de más de 30 personas gritando y cantando consignas católicas en el metro, algunos de ellos con megáfonos, ante la atenta mirada de revisores y policías que no hacían nada por silenciar esta jauría cristiana (que después se nos ocurra a alguno hacer lo que hacía ellos, que la multa por alteración del orden público va a ser muy justa).
Pero no sólo los trayectos en metro eran insufribles, por los gritos, cánticos, el sudor y el olor de esto peregrinos, también era lamentable el aspecto de las secciones de bebidas alcohólicas de supermercados que estaban aborrotados de gente con la equipación de las JMJ (camiseta y mochila con el logo del evento) En cuanto se ponía el sol, eran muchos los que hacían botellón en las plazas del centro de Madrid y una vez más no eran multados como indica la normativa madrileña.
La lista hechos que ha hechos que no ha sancionado la policía, insultos al sector de la población que no se ha involucrado en las JMJ y sucesos de mal gusto es iterminable: algunos de ellos son: 120 toneladas de basura dejadas por los peregrinos en 4 vientos, grafittis y pegatinas en le metro, cánticos y banderas pre-constitucionales, etc, etc, etc.
Benedicto XVI, estamos mejor sin ti
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