En la República Checa hay unos 4.000 ultraderechistas radicales, según un informe encargado por el Ministerio del Interior para evaluar la amenaza que suponen para la integración de los extranjeros en el país. Los expertos ven una tendencia negativa hacia una mayor violencia que podría llevarles incluso a cometer actos terroristas.
De los 4.000 neonazis que se calculan en la República Checa, el núcleo duro lo representan unos 400, y entre 10 y 15 personas son sus dirigentes. La Policía sabe quiénes son estos individuos y sigue sus movimientos.
El Ministerio del Interior ha pedido un informe en el que expertos en la materia, a lo largo de 50 páginas, advierten por ejemplo de que los extremistas cada vez emplean más ámbitos donde publicitarse y captar nuevos miembros entre la juventud. Para las escuelas debería existir un plan de educación que evite que los menores simpaticen con estas tendencias, señala el texto.
Por otra parte, estos grupos cada vez más organizados, contactan con otras unidades en el extranjero, asegura Miroslav Mareš, uno de los autores del estudio.
“Vemos pequeñas bandas y pequeños grupos más organizados, por ejemplo en la Rusia actual, capaces de acciones de gran brutalidad. Creo que hay que investigar también los contactos entre ultraderechistas rusos y checos”.
Una buena parte de los extremistas ha dejado atrás la estética de la cabeza rapada, tienen licencias legales para portar armas y un discurso elaborado alrededor del orden y la defensa de los derechos de los checos. Los extremistas se concentran en formaciones políticas nacionalistas como el Partido Obrero de Justicia Social y Juventud Obrera.
El desarrollo y sofisticación de estos grupos hacen que su seguimiento sea más complejo y sus líderes se cubran mejor las espaldas, a la vez que se prevé que sus acciones aumenten en violencia, pudiendo llegar a preparar atentados terroristas, dicen los expertos.
Los Servicios de Información de Seguridad del país, se dedican a su seguimiento, como explica su portavoz Jan Šubert.
“Pensamos que con el paso del tiempo una parte de los neonazis se va a radicalizar. En cuanto obtuviéramos información acerca de la preparación de alguna acción en concreto, informaríamos a la Policía automáticamente”.
A diferencia de cuando surgieron estos movimientos en la República Checa a principios de los 90, los extremistas cuentan cada vez con un mayor número de objetivos. No solo atacan a los gitanos, aunque su número de acciones contra esta minoría es cada vez mayor, dice el estudio. También se inmiscuyen en temas de inmigración y utilizan en sus argumentaciones la crisis económica europea y el descontento generalizado de la situación actual.
Los homosexuales, a la vez que gozan cada vez de mayor aceptación y normalidad en la sociedad checa, también sufren con mayor frecuencia ataques por parte de los grupos neonazis.
Fuente: radio.cz
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